Escrito por Surinder Dhar
Los impresionantes avances en la producción mundial de alimentos durante la llamada “Revolución Verde” han disminuido con el tiempo y son demasiado pequeños para acompañar el ritmo del crecimiento de la población. La población mundial será de 9.600 millones de personas en 2050. Los desafíos de las condiciones climáticas extremas, el aumento del cambio climático y el impacto ambiental resultante de las prácticas agrícolas intensivas han hecho que sea aún más difícil satisfacer las demandas de una mayor producción agrícola.
Las tecnologías de la agricultura inteligente (AgriTech/Smart farming) nos conducirán a alcanzar un salto significativo en la producción de alimentos. La tecnología AgriTech se vale de software especializado destinado a mejorar la rentabilidad y la eficiencia del negocio agrícola, mientras que la agricultura inteligente recopila y procesa múltiples datos agrícolas a través de una batería de sensores dentro de la hacienda y su entorno, y utiliza la ciencia de los datos y la inteligencia artificial (IA) para automatizar las actividades agrícolas. Estos dos términos se utilizan a menudo indistintamente, como sinónimos, y cubren el uso de las soluciones de IoT para mejorar un determinado aspecto del negocio agrícola de los productores.
El uso de la IoT en la agricultura empezó con la incorporación de sensores en máquinas y equipos agrícolas conectados. John Deere, fabricante estadounidense de equipos agrícolas, comenzó a conectar tractores instalando un módulo de hardware MTG (Modular Telematics Gateway) para establecer conectividad con Internet. También desarrolló en 2013 el sistema JDLink iOS y aplicaciones en Android para el análisis de datos, y creó un método para compartir con los agricultores la información recabada del análisis de los datos, lo que supone una ayuda invaluable para la comunidad agrícola.
Hay una creciente acogida respecto de los tractores de autoconducción, que son vehículos controlados de forma remota. Su uso proporciona un ahorro significativo en costos de mano de obra y libera a los agricultores para que puedan realizar otras tareas, aumentando así la eficiencia del proceso. La clave para el éxito de los tractores de autoconducción es contar con un planificador de rutas eficiente.
Las otras áreas de la agricultura inteligente se pueden clasificar en cuatro categorías:
Agricultura de Precisión: Los sensores de precisión ayudan a los agricultores a recopilar datos relacionados con las condiciones climáticas, la humedad y los nutrientes del suelo, controlando el uso del agua para un crecimiento óptimo de las plantas, determinando perfiles de fertilizantes personalizados basados en la química del suelo y encontrando el mejor momento para plantar y cosechar. Estos datos permiten que los agricultores tomen decisiones más inteligentes.
Manejo de Ganado: Las soluciones para la gestión ganadera se basan en sensores conectados a elementos portables (wearables) colocados en el ganado. Estos sensores pueden monitorear la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la temperatura, la frecuencia respiratoria e incluso la digestión y enviar los datos a un ordenador central para su análisis posterior. Con estos sensores, los agricultores cuentan con la trazabilidad individual de los animales en la hacienda y pueden localizar animales enfermos mediante la verificación de los patrones de alimentación. Los agricultores pueden además reaccionar rápidamente ante un animal infectado y evitar que su enfermedad se transmita a los otros animales del rebaño.
Invernaderos inteligentes: Los invernaderos inteligentes son ambientes autorregulados y con microclimas controlados que han sido creados para optimizar la producción agrícola. Las condiciones climáticas dentro del invernadero, como la temperatura, la humedad, la luminosidad y la humedad del suelo, son monitoreadas las 24 horas del día y, dependiendo los cambios de esas condiciones climáticas, cuentan con sistemas que ponen en marcha algunas medidas de manera automática. Los invernaderos inteligentes usan sensores y procesamiento de datos muy similares a los de la agricultura de precisión.
Drones agrícolas: Los drones son increíblemente útiles para en la gestión de los procesos agrícolas. Los drones toman imágenes y permiten crear mapas aéreos de las haciendas, lo que permite lograr una comprensión inmediata del estado y de la salud de los cultivos. En la agricultura se utilizan drones terrestres y drones aéreos, ya que son ideales para recopilar datos de campo, tanto desde el terreno como desde lo alto. Los datos de campo recolectados por medio de los drones se pueden utilizar para el recuento de plantas, la predicción de rendimiento, los índices de salud, las mediciones de altura, la presencia de productos químicos en plantas y suelo, el mapeo del drenaje, entre otros. Los datos recopilados de los drones se pueden utilizar para crear mapas en 3D que son útiles en las predicciones relacionadas con la siembra, la plantación, la fumigación y el riego de cultivos, y también para evaluar la salud de las plantas. Los drones son una gran fuente de datos para la hacienda en todo el ciclo de cultivo.
Dependiendo del caso de uso, los agricultores pueden utilizar una o algunas de las tecnologías descritas anteriormente. Si ejecutada correctamente, la agricultura inteligente (SmartAgro) puede ser una solución barata y escalable para todos los agricultores, con pequeños o grandes cultivos.
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